Terminamos una semana en la que hemos
tenido que ir adaptando la vuelta a la rutina. Qué difícil es también para los
más peques. Han sido unas semanas en las que han jugado un montón y en las que
han estado más tiempo con mamá y papá, y otras personas que les quieren, en
resumen, lo que más les gusta del mundo. Volver nuevamente a la rutina y al
cole les puede costar un poco, puede manifestarse en estar más irritables,
tristes o con desgana. Si a esto sumamos que en algunos casos no quieren volver
al cole por falta de motivación, nos encontramos con una adaptación, un
proceso, que hay que atender.
¿Cómo podemos acompañarles en esta
adaptación?
* Hablar
sobre lo que sentimos los miembros de la familia al volver a la rutina. Si
nos da pereza o si empezamos con ganas. Sin juzgar, ya que nuestras emociones
son válidas sean cuales sean.
Y una vez que se verbaliza, inyectarnos de
energía cantando y/o bailando una canción que nos encante o haciendo una
carrera, o jugando a algo que nos guste.
* Anticipar
cuándo volvemos a la rutina, cómo lo haremos. Planificar y apuntar por escrito las tareas pendientes. Hay
material que puede resultarles muy atractivo para colaborar en esta tarea,
tizas de colores, pegatinas, calendarios gigantes, etc.
* Recuperar
progresivamente los horarios de sueño y de despertar.
* Llevar una alimentación equilibrada o volver a ella después de los excesos de
las fiestas.
* Realizar actividades que nos
sirvan como vía de escape. Es muy
importante mantener el equilibrio diario entre aquello que es obligación y lo
que nos aporta disfrute, no implica dedicar largos períodos de tiempo a
conseguirlo.
* Recordar
y agradecer por los buenos momentos vividos, por tener lo que necesitamos
para vivir, por tener una buena seño o un buen maestro, y las amistades a quienes
ven en el cole, cualquier motivo es bueno para agradecer.
* Fomentar la curiosidad de aprender. Sorprendiéndonos en su compañía por las
cosas nuevas que les enseñamos o que nos encontramos: una hormiga cargando una
hoja, una flor muy bonita o un pajarito robándonos un pedazo de pan. Asombrarse
por las cosas simples de la vida, además de motivar a conocer más al respecto,
fomenta la plenitud, sentir la satisfacción por lo sencillo de la vida.
* Acercarnos
a su realidad, informándonos sobre el temario escolar y buscando
actividades complementarias. Por ejemplo, si van a trabajar China visitar una
tienda de productos chinos y hablar sobre sus costumbres.
Buen acompañamiento en la vuelta a la
rutina para toda la familia, aunque muchas veces deseemos volver a ella,
siempre es una nueva y pequeña RE-ADAPTACIÓN.






