Ha llegado el temido momento...

Ha llegado el temido momento, hay que elegir cole para el peque. 

Ayer fuimos en familia a una jornada de puertas abiertas de un centro que teníamos ganas de conocer. Dedicándome a la educación, esta visita se planteaba con cierta curiosidad mezclada con responsabilidad y en la cabeza dos o tres detalles que observar para hacerme una idea del espíritu del centro.

La afluencia de familias desbordó el aforo, eso me hizo pensar que cada vez nos hacemos más conscientes de la importancia de la educación de nuestros niños y niñas, me dío alegría.  

La directora presentó las instalaciones, el personal, los valores del centro, los programas que llevaban a cabo... Estaba todo clarito y el centro cumplía con mi expectativa. 

Llegó la hora de una visita guiada por las clases, la biblioteca, el comedor...   y como si se tratase de un paseo por un monumento, nos iban detallando paso a paso todos los recursos.

Empecé a sentirme rara...en un esfuerzo enorme por parte de la directora por explicar al máximo las experiencias del centro y las dudas que se planteaban, una parte de esa masa de familias empezó a tomar una actitud déspota con la situación. En la semana se podían haber visitado otros centros, y se ve q más de una persona había hecho la ruta...

Si miraba la situación desde fuera, era como ver a la directora esforzada por agradar como centro y un grupo feroz de críticos y críticas delante opinando sin empatía y probablemente lejos de dominar el tema del que hablaban.

Avanzamos en conseguir presencia en los centros cuando nos ofrecen poder visitar colegios para calmar la preocupación de elegir y hacerlo con más información, y nos convertimos en meros consumistas, con derecho a la crítica destructiva, nos colocamos en una situación de poder por encima de quien nos está abriendo su casa para mostrárnosla con orgullo.

Hemos pasado de tener asumido que el cole del barrio es el que nos toca, a creernos con derecho de vanagloriar o tirar por tierra el trabajo de muchas personas, en dos horas de visita.

Puede que haga falta pararse y mirar.

Al final elegiremos el centro que más nos guste por su compromiso y el ambiente que se respire.